jueves, 23 de febrero de 2023

Anecdota modelistica

 Cuando regrese al pais, volvi a mi trabajo de Consultor de ARH, lo que implicaba viajar por el interior de la Republica, comer en donde se pudiera y noches medio aburridas en las quietas ciudades del interior, todavia era la  epoca en que todo cerraba a las ocho de la noche y las calles quedaban silenciosas y abandonadas, para pasar la noche, no me servia mucho la lectura, tengo la mania de leer en movimiento y como que no me gusta tanto estando quieto.

Entonces sucedio el  primer Congreso del area, al que asistiria en años, el cual  seria en Acapulco, en un conocido  hotel de la epoca, y claro que asisti, pero los congresos habian cambiado mucho, el area habia sido ocupada ampliamente por profesionales de la Psicologia, algo en cierta forma  natural, ya que la evaluacion mental de los candidatos a un puesto es parte del proceso de seleccion, y en aquel entonces no se impartia la carrera de Administracion de Recursos Humanos, asi que se llenaban los puestos en las  empresas con lo que hubiese.

No registre cuales modelos ensamble en ese Congreso, pero eran G.50 Freccias

En cuanto llegue a la sede, me sorprendi un poco, habia demasiadas mujeres, en este campo  hay una enorme proporcion de como 8 a 2 entre mujeres y hombres, todo aquel que ha ido a un Congreso, sabe lo que significa eso, de inmediato,  me converti en uno de los centros de acoso, ya conocia a las Psicologas, de mi epoca en CU, lo aventadas que son, lo sexualmente explicitas que son, y la verdad cuando era joven, aproveche eso, pero ahora estaba en una epoca diferente de mi vida, la primera tarde,  recibi mis respectivas 8+ invitaciones a cenar, o bailar, o lo que fuera, todas las cuales decline, y me encerre en la noche en mi habitacion, a ver TV, y aun ahi, fueron a tocarme.



Al dia siguiente fui al centro de Acapulco, y me encontre en una Papeleria un par de modelos de Lodela, eran G.50 y los unicos que tenian, asi que los compre, junto con pintura y pegamento, y esa noche, me quede en el restaurante de la explanada, ensamblando y pintando, se me acercaban, pero cuando veian que no les hacia mucho caso, me dejaban en paz, habia encontrado la solucion al hostigamiento femenino, desde entonces, en todos mis  viajes, me llevaba un par de modelos, y ya no por otro motivo, sino para poder disfrutar de un buen hobbie en la noche, cuando regresaba de trabajar, aburrido y cansado, ponerme a pintar y  ensamblar,  sentado junto a la ventana,  mientras admiraba la  tranquilidad de una ciudad de provincia, era un placer muy civilizado.  

No hay comentarios:

Publicar un comentario